Ahí está Sara, al final de la jornada, que terminó con un buen revuelo en Lavapiés. Cual flautista de Hamelin, en este caso, percusionistas senegaleses, fuimos marchando desde el Casino de la Reina hasta la plaza de Lavapiés, entre música y banderas naranjas. Me gustó mucho la jornada de ayer. En la mesa de apertura había como ocho asociaciones, representantes de culturas, etnias y países. Creo que había mucha sintonía de intereses. Cada uno denunció conflictos, destacando también las cualidades de su cultura, como la simpática exposición de la socióloga de etnia maya de Guatemala, un pequeño país con una gran riqueza de lenguas (más de una docena) y culturas indígenas. Muy interesante y cercano el delegado de la embajada de Bolivia, agradecido de que siempre contemos con ellos y explicando la cruda situación de su país. Contaba Pablo, nuestro coordinador, después de su viaje a Bolivia, que el maltrato hacia los indígenas (que son el 95% de la población del país) es cosa corriente allá...